Me fijo en este nuevo mobiliario en el barrio. Tiene forma de pirámide invertida, como debería reflejar un estado democrático: muchos arriba, casi nadie abajo. Ironías de la cosa: pienso que en la realidad sucede todo lo contrario: muchos abajo, sometidos por unos cuantos. ¿Querrán convencernos subliminalmente? En todo caso, me invade una sensación de precario equilibrio. Me recuerda al gobierno municipal.
jueves, 27 de septiembre de 2007
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