Estas navidades se van a regalar muchos juegos de coches para las nintendo, las play, las x box y todas esas cosas... Pues bien, nos quedamos con nuestros autos de la Avenida de los Príncipes.
Que un tipo de rojo, barrigudo y con barbas ha renovado equipos informáticos. Alguien, muy encariñado con el antiguo, le rindió un homenaje algo pasado de vueltas, tal vez. Dejamos constancia: ocurrió en las medianías de la isla.
Elegimos una imagen del confín de Ofra. Casi en su arrabales. Por el cielo, en la cima, aflora un cactus. Cualquier lugar del mundo tiene sus límites y limitaciones, pero podemos sobrepasarlas. Otra cosa es saber hacerlo. Y siempre nos esperará una muestra más de vida.
Feliz todo lo que venga, porque sabremos seguir vivos.
En Ofra encontramos metáforas para todo. En esta ocasión algunas cosas nos recuerdan el ciclo de la vida: acaban en ruinas en cualquier punto del barrio. Éstas las encontramos por el polígono de Ofra-Costa Sur. Lo importante, lo que realmente nos importa no es el estado en que acabemos nuestro ciclo vital, ni dónde; lo que de verdad nos importa es poder dar el último salto de vida con júbilo, una cosa así como en la imagen de los huesos.
Así se llama. Le gusta la tecnología y le encantan los retratos (por eso el blanco y negro para él). Originario de La Gomera, viajó a una Venezuela fructífera para quedarse. Le pesaba mucho la tierra y volvió. Allí le vive un hijo y tres nietos. Se ven poco. Aquí se reinstaló con su hija y su mujer. Enviudó hace años y nunca más habló de matrimonio.
Ve la tele desde su sofá y lee a la luz de la lámpara. Nunca diarios. Para informarse utiliza la radio. Tiene amigos con los que comparte dominó a diario; tal vez por eso sus pensamientos van encadenados unos con otros y tienen su aquello. No sabía cómo proponerle la entrevista, ni las fotos, así que aproveché un encuentro en el bar donde juega con sus amigos. Me costó un café que aceptara. Poco para tanto como me contó.
De Venezuela recuerda los veintiseis grados constantes de temperatura. Y la axhuberancia de todo. De su Gomera la sensación de casa. En Tenerife se siente en su mundo y explica Ofra como un receptáculo de casi todo, construido a la carrera.
Dice que fue conductor (chófer, explica), vendedor de máquinas de coser, maestro de escuela y empleado de banca al instalarse en Tenerife.
El muy pillo distingue la alegría del placer. "Ahora todo el mundo busca placer a cualquier precio -dice- pero la alegría es otra cosas, es una sensación que debes ganártela y que apunta a mañana, a futuro y a gozo de vivir". En otro momento le da por explicar lo de la famosa "depresión" que siempre tienen en boca los demás: "la depresión, bah, menudo fraude; eso lo dice la gente que ha perdido la ilusión y no sabe encontrar cosas que les entusiasmen, eso les pasa a los que tienen miedo a vivir".
Y por último me quedo con su sonrisa al hablar de sus nietos, la sonrisa de la foto: "es que los niños -me cuenta como en voz baja y al oído- son incansables buscadores de posibilidades; están en una edad en que creen poder hacer y ser cualquier cosa. Yo eso siempre lo he tenido muy en cuenta y nunca he puesto límites a mis ilusiones".
Impresionante. Yo creo que sueña en cerrar su próxima partida de dominó con un pito doble.
Volví a mirar porque no lo creía posible: ¡naranjas! Y sí. Me planté debajo, saqué la cámara y lo dibujé. En medio del barrio. Soy una naranja, y un limón. Soy cítrica, también. Una alambicada y cítrica. Ofra me da para mucho ser.
Subo pegada al tranvía. Si no hay semáforos casi siempre le gano. Veo el alambique a mi izquierda, curva a la derecha y enfilo la carretera la cuesta y la curva de los pájaros. Me acerco a casa. Llevo el alambique en mi mente. Soy alambicada. Vivo en Ofra.
Tenía ganas de asomarme a ver qué. Puse el flash y zás. Me lo temía: cartón, plástico... Y vidrio, claro; aunque eso creo que eso es lo de menos, visto lo visto.
En apariencia, parecen impresionantes. Por detrás les descubres siempre "el pastel" que nos tienen dispuesto para la última cena. Y mira que pensábamos que todas las cagarrutas que adornan las calles de Ofra eran de perritos... Pues mira tú que no, ya ves.
Se trata de acercar lo más posible las bolas de metal al boliche de madera. Es una atracción entre materias opuestas. Me gusta hacer de dios cuando echo fuera otra bola que no es la mía, a golpe de puntería. En Ofra y en todo el mundo se suele hacer lo mismo cuando nos quiere arrebatar un triunfo cercano. No somos tan diferentes.
Una de las puertas para entrar andando a Ofra. Un sube y baja sobre piche a toda velocidad. PUENTE, lo llaman. A mí me gusta más nombrarlo PUERTA, o ALAS.
En Ofra o en cualquier otro lugar, dentro o fuera de nosotras/os, en los libros o en la sin razón... Buscamos la inmortalidad desde que éramos minúsculas bacterias. Por fortuna, en Ofra, y en cualquier otro lugar, existen estos "depósitos" que confirman nuestra incompetencia, para beneficio del planeta.
Por favor, este año os pedimos que NO traigais ninguna videoconsola WI de ésas. Porque son ideales para NO jugar al tenis, NO jugar al golf, NO jugar fútbol, ni a ninguno de los deportes que se pueden videojugar con ella.
Llego a casa y hago ésto. No siempre salgo así a la calle, me agota. Pero ocasionalmente algo me hace vestirme así por la mañana. Sé lo que es, claro: ocurre cuando no quiero mostrar algún punto débil consecuencia de mi mal humor, o de algún que otro revés recibido. bueno, me consuelo explicándolo (no imaginé yo que el blog me diera pie).
Nos escapamos al Instituto Cabrera Pinto, en La Laguna a ver una exposición. Recogimos esta instantánea. Nos hubiera gustado recogerla a nosotros para colgarla en nuestro blog.
Leemos en el diario La Opinión de fecha de hoy un artículo sobre las líneas de guagua que afectan, entre otros, a nuestro barrio (página 6 para ser exactos). El titular dice: "El Cabildo quiere dejar claro que sí apoya a la guagua". Ahora bien, a pie de página leemos el párrafo que destacamos, en referencia a la manifestación convocada para el próximo día 12 en la Avenida de los Príncipes.
Ofra es más multicultural. Más que el barrio del Toscal, que Salamanca, que Anaga, que la Plaza de España. Tengo localizadas todas estas especies de cucas en el barrio. En el centro de Santa Cruz sólo veo las típicas, tan rubitas, tan peripuestas, tan señoronas, tal altivas en sus andares... En Ofra nos gusta el mestizaje.
Cuando estoy en algún lugar con vistas me gusta "acercarme de lejos" al paisaje. Ya dije una vez que entonces soy capaz de relativizarlo todo, aún más. Pequeñísimo todo. Incluso yo.
Paso con frecuencia por delante. Siempre digo que le quiero echar una foto: desde que leí a Flaubert y su "Educación sentimental"; es mi pequeño homenaje al pueblo francés. Y seguramente, el Capitán Nemo recorrió en su submarino las costas de Ofra. ¡Cómo me gusta mezclar las cosas!
Nos asomamos tras la verja y notamos el frío. Apenas somos unas ramitas sin hojas ni flor, abrigadas. En la calle siempre encuentras tu semejante, aunque no siempre lo sepas ver.
Hoy inauguramos un nuevo bloque de entradas. Lo titulamos "interiores". Lo construyen personas de Ofra y sus hogares. Gracias por dejarnos entrar. Gracias por mostraros. Consideramos tan importante este espacio que sólo publicaremos una entrada el día que realizamos la semblanza del personaje.
Aunque todo el mundo la llama Luisa, su nombre es Concepción; así que hoy era su santo. Hubo mucha gente en su casa. Tiene 89 años. Camina con la ayuda de un bastón de ordeno y mando, a su edad. De vez en cuando usa la guagua para darse una vuelta por la isla. Y taxis para ir al centro. Es autosuficiente en todo: cocina, aseo, abastecimiento, aunque tiene ayuda diaria y visitas a cada rato. Lee sus revistas, algún que otro libro, usa la televisión por cable y mira con frecuencia el canal historia, los de naturaleza, de avances tecnológicos, también telenovelas y algo de telebasura. 12 nietos, 6 bisnietos y algunas ausencias demasiado tempranas. Tuvo paréntesis de isla en la península pero volvió con todo para quedare. Es de carácter fuerte, de convicciones firmes y no cree haberse equivocado mucho. Lo mira todo con ganas de más y es previsora respecto al futuro. De porte clásico y de ideas también, empieza a aceptar, aunque algún repente la traicione ocasionalmente. Su pasado más remoto nos recuerda que, entonces, como ahora, mandan los sentimientos sobre la razón; y que la voluntad es imprescindible para sobrevivir en el agitado mar de pasiones humanas universales cuyas corrientes nos arrastran hacia horizontes de bonanza o tempestad según soplen los agitados vientos de los gobiernos del mundo.
Algunas/os somos de Ofra desde antes, desde siempre. Otras/otros somos de Ofra desde hace menos, venidas y venidos de aquí y de allá. Nuestra media de edad rondará los treinta y tantos (una edad suficiente como para tener algo que decir).
Te invitamos a que participes a través de tus comentarios a cada una de las entradas del blog. Si te interesa, puedes colaborar más activamente si te pones en contacto con nosotras/os.
Os pedimos que disculpéis nuesta subjetividad, nuestra ignorancia, nuestra parte interesada y la no interesante. En Ofra hay de todo, y en nosotras/os también. Por todo esto las NOTICIAS DE OFRA que os encontreis serán NOTICIAS DE OFRA A NUESTRO MODO. Tenemos una manera particular de ver y vivir el barrio y así lo mostramos.
Nos vemos por Ofra, o en alguno de los cinco o seis continentes de nuestro planeta.
"Estamos aquí". Este es nuestro punto de partida. Ofra es de este mundo, está en este mundo y contiene el mundo entero, si bien se mira. No queremos ser el centro, ni un aparte. Es Ofra la que aparece, la que se expresa y la que es. Cabemos todas y todos. Y caben más, todavía. Acogemos, nos damos, existimos. Somos un pequeñísimo ejemplo que toma forma de blog.