miércoles, 19 de diciembre de 2007

FAUSTO



Así se llama. Le gusta la tecnología y le encantan los retratos (por eso el blanco y negro para él). Originario de La Gomera, viajó a una Venezuela fructífera para quedarse. Le pesaba mucho la tierra y volvió. Allí le vive un hijo y tres nietos. Se ven poco. Aquí se reinstaló con su hija y su mujer. Enviudó hace años y nunca más habló de matrimonio.

Ve la tele desde su sofá y lee a la luz de la lámpara. Nunca diarios. Para informarse utiliza la radio. Tiene amigos con los que comparte dominó a diario; tal vez por eso sus pensamientos van encadenados unos con otros y tienen su aquello. No sabía cómo proponerle la entrevista, ni las fotos, así que aproveché un encuentro en el bar donde juega con sus amigos. Me costó un café que aceptara. Poco para tanto como me contó.

De Venezuela recuerda los veintiseis grados constantes de temperatura. Y la axhuberancia de todo. De su Gomera la sensación de casa. En Tenerife se siente en su mundo y explica Ofra como un receptáculo de casi todo, construido a la carrera.

Dice que fue conductor (chófer, explica), vendedor de máquinas de coser, maestro de escuela y empleado de banca al instalarse en Tenerife.

El muy pillo distingue la alegría del placer. "Ahora todo el mundo busca placer a cualquier precio -dice- pero la alegría es otra cosas, es una sensación que debes ganártela y que apunta a mañana, a futuro y a gozo de vivir". En otro momento le da por explicar lo de la famosa "depresión" que siempre tienen en boca los demás: "la depresión, bah, menudo fraude; eso lo dice la gente que ha perdido la ilusión y no sabe encontrar cosas que les entusiasmen, eso les pasa a los que tienen miedo a vivir".

Y por último me quedo con su sonrisa al hablar de sus nietos, la sonrisa de la foto: "es que los niños -me cuenta como en voz baja y al oído- son incansables buscadores de posibilidades; están en una edad en que creen poder hacer y ser cualquier cosa. Yo eso siempre lo he tenido muy en cuenta y nunca he puesto límites a mis ilusiones".

Impresionante. Yo creo que sueña en cerrar su próxima partida de dominó con un pito doble.

1 comentario:

soperos dijo...

no sé quién es pero me gusta. no saber quién es alguien tiene su aquello. y él, tiene pinta de no saber quien soy yo. redondo, pues.

òscar.