Cuando prende, Ofra empieza a trasladarse hacia dentro, se recoge. No se encoge ni un milímetro: aguarda a que mañana 96.000 ojos, 960.000 dedos, 240.000 litros de sangre y tropecientos miles de millones de células salgan a lo cotidiano.
miércoles, 31 de octubre de 2007
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