Los Menceyes tenían sus límites: cada cual el territorio que abarcaba su vista y que podía controlar. Los nuevos Menceyes también. Porque todas y todos llevamos un menceyato en la mochila. ¿O no? Públicos y privados. De aquí o de allá. Como animalitas/os, marcamos nuestro territorio con total claridad.
martes, 16 de octubre de 2007
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