Alguien se hartó de vivir ahí. Eligió la altura: un ático con terraza, o más arriba aún. Vivir a ras de suelo suele ser duro, pese a la capacidad que tenemos para adaptarnos a casi todo. Hasta que dices "basta, que se adapten ellos". Porque si no dices "basta" alguna vez, y haces algo, te puede ocurrir como al hermano de un antiguo amigo: se quedó catatónico.
lunes, 29 de octubre de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario