El cartel es como una corona: ahí arriba, arriba. Grande, grande. Sobre nuestras cabezas. Dicen que la publicidad da beneficios. ¿Esos beneficios son para el barrio? Paso por delante de algunas casas de Ofra: son grandilocuentes. Ahí hay beneficios, seguro. El resto de casas, de bloques, de pisos, huelen a gente, a trabajo, a dudas, a vida. Nos quedamos con esa Ofra, la auténtica, no la "real" (aunque, dicho sea de paso, esa cervecita es muy rica).
martes, 23 de octubre de 2007
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