¡Qué suerte! Conozco a un tipo que es directorrr de un gimnasio de aquellos superultraplusguay; aviso: está en el continente. Pues bien, el tipo vive en un lugar como el de la foto, o más. Salta a caballo, esquía en invierno, se rodea de gente como él, es joven, tiene un coche también supermegaultraplús, una novia de revista, viste ropa de diseño, usa zapatos de los que no pisan mierdas de perro y más cosas. Pero el tipo no es feliz.
En cambio en nuestro barrio hay de todo. También personas que sabemos encontrar nuestros momentos de felicidad. En nuestro barrio cabe todo: para lo bueno y lo malo. Por lo menos nos cabe la posibilidad de sentir de tanto el cuanto el gusanillo de la dicha. El tipo del gimnasio no. Otros toman alcohol para no darse cuenta de la magnitud de su tragedia; él gasta dinero y dirige a lo déspota su gimnasio. Qué pena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario