Carretera de La Esperanza abajo. Se puso el sol. Ahí está Ofra, si se busca bien. Tan pequeñita y con tantas cosas. Como cualquier otro lugar del planeta mirado desde cierta altura. Ahí abajo sucede de todo: alguien que nace, que muere, que bebe, que suda, que corre, que salta, que goza, que sufre, que rie... Cuando soy capaz de sentirme tan pequeño es cuando en verdad me siento de este mundo, de la isla, de Ofra. En medio del agetreo cotidiano, con tantas cosas en la cabeza, incluso pienso que soy importante. Pero siempre sé que existe la medicina de al altura, la carretera de La Esperanza.
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