Mi amigo no se atrevió a intuir la propiedad del coche, y una servidora no se atrevíó a preguntar qué ocurrió. Hice la foto y seguí. No es que no quiera molestar, es que me pongo muy nerviosa con tanta sirena. La situación parecía controlada. Tal vez mañana la prensa se haga eco. Eso me recuerda que no nací para periodista, por eso aposté por el llamar a nuestro blog "crónicas de Ofra".
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