Nuestro barrio nació entre barrancos, como la isla entera. Todavía hoy, tras la puerta verde, el abismo nos recuerda lo que fuimos, lo que somos. También que, algunas puertas, sólo esconden el precipicio. No sé cómo nuestro ayuntamiento se mantiene en pie (es que ando muy mosca con lo que sucede puertas adentro... Hay cada concejala...)
martes, 6 de noviembre de 2007
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